Juan Fernando Pérez
Miembro de la Nel- cf Medellín
Dos anotaciones iniciales:
1.- Del título
El título de estas notas, que se inscribe dentro del tema de las Jornadas de la Sede de septiembre y las cuales llevan por título “Las marcas de lo traumático”, sería más preciso si lo pluralizara. Por tanto, hablaré más bien de marcas, huellas y letras, y tendré en cuenta que el propósito es la teoría psicoanalítica del trauma.
2.- ¿Convendría un 4º término al título de esta exposición?
Parece sensato reconocer que podría haberse propuesto un 4º término en el título, ya que, a mi juicio, éste queda incompleto si no se considera el término de lalangue. ¿Por qué? Cito a Miller: “¿Qué significa que haya traumatismo?”, se pregunta Miller en Piezas sueltas. Responde: “Significa que la disarmonía es originaria, que el sonido de lalengua jamás es armónico, que no sintoniza con nadie. Significa que la disarmonía no puede ser remediada, que no puede ser reparada, que no puede ser curada. Lalengua hace del ser que la habita y que la hablará, un enfermo, un discapacitado. Lo único que se puede hacer con lalengua es convertirla en una obra. Ese sería entonces el ejemplo de Joyce: del traumatismo de lalengua y de las consecuencias padecidas, hacer una obra” (p. 47).
No lo explico ya que me parece muy elocuente.
Me detengo aquí en los 3 términos propuestos, lo cual, a mi juicio requiere presentar un breve bosquejo de la teoría del trauma en Freud y en Lacan. Es necesario subrayar que los 3 términos del título anunciado, son invocados en este contexto como una reflexión sobre la teoría del trauma en psicoanálisis (de allí lo de lalengue). En consecuencia, lo que voy a decir, apunta en últimas, de una u otra forma, a intentar aportar elementos de trabajo para la definición de esa teoría del trauma. Desde luego, otros temas se hallan igualmente en relación lo que se señala en el título, como por ejemplo lo es la teoría de la escritura del último tramo de la enseñanza de Lacan.
3.- Elementos para una teoría psicoanalítica del trauma
3.1.- En Freud
3.1.1.- Los 4 tiempos de construcción de la teoría del trauma por Freud:
A.- El momento organicista como neuropsiquiatra
B.- La teoría del trauma de seducción
C.- De la seducción al fantasma, o del Edipo
D.- El más allá de: del principio del placer, o la pulsión de muerte. Teoría de la repetición.
Complementación: Considerar la teoría del trauma en Freud a partir de los 4 tiempos señalados exige tener en cuenta que la misma se halla desarrollada siempre en Freud, como esfuerzo para darle un fundamento a una teoría psicoanalítica del síntoma. Es este un hallazgo preciso y notable de la lectura que hace Lacan de Freud: haber destacado que el propósito último de la teoría del trauma es darle fundamento a una teoría psicoanalítica del síntoma.
3.1.2.- De la concepción del trauma en Freud
Conviene partir de los términos que Freud establece en el tiempo A., ya que de allí extrae siempre el modelo para su construcción, redefiniendo incesantemente los términos, aunque no el modelo que define inicialmente. Veamos:
En las notas que Freud le hace a su traducción del francés al alemán de un trabajo de Charcot, define el trauma “como un aumento de excitación dentro del sistema nervioso, que este último no es capaz de tramitar suficientemente mediante una reacción motriz.”
De esa definición Freud subraya dos ideas: Primero, el “aumento de excitación”. Y segundo, que el sistema nervioso, en ciertos casos, “no es capaz de tramitar suficientemente mediante una reacción motriz”.
Finalmente es posible reconocer en lo anterior que puede entenderse el trauma como el efecto de la incapacidad de lo simbólico, de las defensas que dispone el sujeto para soportar un encuentro con lo real. Si bien esta idea está recubierta por la concepción organicista del Freud de finales del siglo XIX, Freud va ir introduciendo progresivamente campos más propiamente definidos en términos de la subjetividad, campos que son específicos, los que definen la producción del trauma.
El primer gran campo es el de las consecuencias de la seducción precoz, lo cual, al ser sometido a una investigación a través de diferentes casos, le obligará a introducir su teoría del Edipo (esto es, que es suficiente con haber deseado intensamente un encuentro y que se produzca la represión de ese deseo, para que se produzca en el sujeto el efecto traumático de la supuesta seducción). A partir de allí Freud dará un paso adicional al construir su teoría del fantasma. La insuficiencia que en la práctica demuestran estos planteamientos y las inconsistencias teóricas de lo anterior (en especial el reconocimiento de que no todo está regido como búsqueda del placer) le conducen a Freud a dar un paso más para llegar a formular su teoría de la pulsión de muerte, como constituyente de la estructura pulsional. Ésta, de una parte, impone la necesidad de construir defensas, ya no dirigidas hacia el mundo externo sino hacia el mundo interno (hacia las tendencias autodestructivas), y, de otra parte, es la constatación del fracaso de las mismas, en particular en el reconocimiento de la vigencia de los traumas, aquellas que vendrían a mostrar cuáles serían polos de movilización de fuerzas pulsionales para su repetición.
3.1.3.- Lacan ante la teoría del trauma de Freud y la teoría psicoanalítica del síntoma
Conviene recordar que Lacan elogia esta definición (trabajo de memoria este punto pues no recuerdo en dónde hace estas precisiones), si bien sitúa el trauma más allá del sistema nervioso, pero siempre destacando cómo la teoría del trauma es el fundamento de la teoría del síntoma, lo cual va a tenerlo en cuenta hasta su definición del sinthome (1975-1976). Del revés de Freud, como perspectiva de la lectura de Freud por Lacan.
Un elemento que Lacan retoma de Freud para enriquecer la teoría del trauma
De lo que se trata con el trauma para Freud es de una incapacidad del sujeto para tramitar, a través de los medios subjetivos que existan para ello (defensas y otros modos de funcionamiento del aparato psíquico), un estímulo que adquiere el carácter de traumático, en razón de su magnitud; pero también por otra razón adicional, que Freud irá a precisar años más tarde y que Lacan recoge y destaca. Se trata de que el estímulo que desencadena el trauma, para ser tal, debe asociarse a otro que permanecía “inactivo” y que ahora adquiérela capacidad de contribuir a la formación del trauma a posteriori, retroactivamente (nachträglich).
3.1.4.- El giro de 1919 de Freud: la pulsión de muerte y la repetición, o del trauma
Permanezcamos un tanto más en Freud. Es sabido que, a partir de 1919 en función del concepto de pulsión de muerte, un concepto va a adquirir una importancia mayor: la repetición, concepto que Lacan va a elevar a la condición de concepto fundamental (Seminario 11). La repetición ya había sido señalada por Freud desde la consideración de los sueños de angustia, en donde ya considera el fracaso de las defensas. En la definición citada ya aparece esa falla de las defensas bajo la referencia a la “reacción motriz”. Luego hablará de la significación del “reencuentro”, que será una referencia a la simbolización, … (punto para desarrollar mejor).
3.2.- En Lacan
(Lo que sigue son solo notas preparatorias para un trabajo más específico)
Eric Laurent en su conferencia “El revés del trauma”, señala lo siguiente: “En el borde del sistema del lenguaje un cierto número de fenómenos clínicos dan cuenta de la categoría de lo real. Estos fenómenos están a la vez en el borde y en el corazón de este sistema del lenguaje. El trauma da cuenta de una topología que no es simplemente de interior y exterior. El trauma, la alucinación, la experiencia de goce perverso son fenómenos que, se puede decir, tocan lo real.”
Interesa inicialmente considerar qué significan para el sujeto los fenómenos que se dan “en el borde del lenguaje” en tanto articula ese borde con lo real, sin dejar de considerar que esos fenómenos a la vez están en el corazón del sistema del lenguaje.
Si se acepta una definición propuesta desde Lacan por diversos analistas, según la cual el trauma es un agujero que afecta lo simbólico, esto plantea al menos los siguientes puntos que es necesario considerar:
3.2.1.- Que se trata de un fenómeno que remite a concebir el trauma como no perteneciente exclusivamente a uno u otro registro, sino que se halla en un lugar donde esos dos registros se articulan, articulación que exige ser entendida en sus características fenomenológicas, ya que es sabido que el trauma no puede ser enteramente reabsorbido por simbólico, sino que quedan huellas que escapan a su absorción. ¿Qué se halle “en el borde del sistema del lenguaje”, cómo se podría entender a partir de lo que propone Laurent? Consideralo así impone tener en cuenta una topología del fenómeno específica (moebiana), y a su vez, permite reconocerlo como un fenómeno capital de la experiencia analítica (el trauma) que da cuenta de la categoría de lo real.
3.2.2.- Tal concepción permite disponer de un modelo de lo que significa la articulación de lo real con lo simbólico.
3.2.3.- Una tal concepción del trauma contiene una teoría del síntoma, la cual es de inspiración freudiana y desarrollada por Lacan, según la cual “El sujeto no puede responder a lo real si no es haciendo un síntoma. El síntoma es la respuesta del sujeto a lo traumático de lo real”.
Con el bosquejo anterior de la teoría del trauma en psicoanálisis parece ahora necesario situar no cómo se produce, sino qué deja en el sujeto el fenómeno y qué se nombra bajo los tres términos propuestos para esta exposición: marcas, huellas y letras.
4.- Marcas
Un punto de partida para el examen del tema que nos convoca es considerar, como una referencia relativa especialmente al término “marcas”, un cuento tradicional alemán recogido por los hermanos Grimm a principios del siglo XIX, el cual seguramente todos ustedes conocen; me refiero a Hansel y Gretel.
4.1.- Hansel y Gretel
Wikipedia resume el cuento de la siguiente manera, lo cual, para los fines de esta exposición, está bastante bien. Dice así:
Hansel y Gretel eran los hijos de un pobre leñador. Eran una familia tan pobre que una noche la madrastra convence al padre de abandonar a los niños en el bosque, dado que ya no tenían con qué alimentarlos. Hansel oyó esto, por lo que salió de su casa a buscar piedras, con las cuales marcó un camino al día siguiente cuando se dirigían al bosque.
Hansel y Gretel se durmieron, y apenas salió la Luna comenzaron a caminar siguiendo el camino que Hansel había marcado con las piedras anteriormente. Por la mañana llegaron a su casa. Su madrastra, sorprendida por el hecho decide que la próxima vez llevarán a los niños aún más adentro en el bosque, para que no puedan salir de allí y regresar. Hansel, que otra vez escuchó las discusiones de sus padres, decide salir a juntar piedras nuevamente, pero esta vez no pudo, ya que la puerta estaba cerrada con llave.
En la mañana que fueron al bosque, Hansel marcó un camino tirando migas del pedazo de pan que su madrastra le había dado, solo que esta vez cuando salió la Luna no pudieron volver porque los pájaros se habían comido el pan.
Después de dos días perdidos en el bosque, cuando ya no sabían más qué hacer, los niños se detienen a escuchar el canto de un pájaro blanco al cual luego siguen hasta llegar a una casita hecha de pan de jengibre, chocolate, caramelos, pastel y azúcar moreno. Hansel y Gretel empezaron a comer, pero lo que no sabían era que esta casita era la trampa de una vieja y malvada bruja para encerrarlos y luego comérselos.
Esta vieja y malvada bruja decide encerrar a Hansel y tomar a Gretel como criada. Todas las mañanas la bruja hacía que Hansel sacara el dedo por entre los barrotes del establo para comprobar que había engordado, pero éste la engañaba sacando un hueso que había recogido del suelo.
Un día, la bruja decide comerse a Hansel y manda a Gretel a comprobar que el horno estuviese listo para cocinar. La niña se da cuenta de la trampa y logra que la bruja se meta en el horno. Al instante, Gretel empuja a la bruja y cierra el horno.
Tras la muerte de la bruja, los niños toman de la casa perlas y piedras preciosas y parten a reencontrarse con su padre, cuya mujer había muerto.
Su vida de miseria por fin había terminado, desde ese día la familia no sufrió más hambre y todos vivieron juntos y felices para siempre.
4.2.- Anotaciones desde el cuento Hansel y Gretel
El cuento permite múltiples análisis, pero la razón de su mención en este contexto es por cuanto allí se puede reconocer hechos como los siguientes:
4.2.1.- Algo importante que interesa a los fines que se buscan precisar aquí es esa característica de las marcas y es que éstas pueden ser duraderas o por el contrario ser efímeras. Esto plantea la idea de que no toda marca podría considerarse con un valor traumático, pues en efecto hay muchas experiencias que son de escaso valor, las cuales se podrían llamar, “migajas de pan”.
4.2.2.- Lo anterior conduce a preguntarse por aquellas marcas que interesa considerar en este contexto. Serían las duraderas. No obstante, antes de hacer la equivalencia marcas duraderas equivale a trauma, vale la pena notar en el cuento que hay marcas que son positivas y que inclusive nos sirven de orientación para evitar peligros, daños o extravíos. Son las piedras que Hansel y Gretel riegan en la primera ocasión que se extravían, pero que les permiten reencontrar el camino a la casa. Así como en el cuento, hay experiencias que son positivas en la vida de un sujeto, que son aquellas que, siendo duraderas, orientan. Allí cobra importancia el examen de cómo el fantasma se halla construido a partir de marcas de goce.
De otra parte, en este contexto se impone plantearse el tema de la alienación y la separación (presente muy visiblemente en Hansel y Gretel) y del cual solo hago mención, pero indicando que resulta indispensable para situar la aparición de una marca (que llamo duradera) en el sujeto.
La palabra marca tiene varios significados, derivados, de una u otra manera, de su sentido más general, que se refiere a una señal que se coloca en algo (en un lugar, en un animal, en una parte del cuerpo humano, etc.) para poder recordar o establecer que lo marcado se diferencia de otros hechos similares (por ejemplo, de otros animales de la misma clase que no llevan la marca). Es pues una señal que permite identificar lo marcado y tiene por tanto el valor de evocar. Es sabido que existen todo tipo de marcas, con funciones muy diversas, pero aquello que interesa en el contexto que hablamos es el carácter de señal, de poseer un valor de indicador de algo.
Y aquí conviene enlazar lo indicado con una formulación de Miller: Lacan “creó otro modo de lo escrito, a saber, lo escrito como marca, como rasgo, como rasgo aislado, incluso creo que neologismo rasgo unario, por oposición a binario” (Piezas sueltas, p. 80). Se trata entonces del tema del rasgo unario, rasgo no único sino unario… que exige una consideración específica.
Todo converge hacia la idea de que las marcas son hechos que permiten una evocación, no necesariamente dolorosa, que permiten reconocer, identificar y orientarse para definir el sentido de una experiencia.
5.- Huellas
Ahora bien, con relación al segundo término, es decir el de huellas, propongo inicialmente otra referencia, la cual ubicaré en mis palabras. Se trata de la huella que deja el primer astronauta sobre la luna.
Un escritor que probablemente ustedes conocen, en especial por las referencias frecuentes que Miller hace de él, Philippe Sollers, hace el prólogo a un libro que acaso sería posible considerar en este contexto, la Gramatología de Jacques Derrida, prólogo que con buen tino llamó “Un paso sobre la luna”. Quizás conocen ese texto, que tiene como objetivo, introducir al lector del libro de Derrida, en la temática que allí va a ser tratada, esto es la escritura.
Lo que me interesa destacar es que ese paso que, como sabemos, se le recuerda como una huella del astronauta en la luna, puede ser considerado como una escritura, como algo que indica algo inaugural de lo que se puede reconocer al menos esa huella, testimonio de una empresa. Finalmente, las huellas, al repetirse en un mismo lugar, son rastros y forman caminos, y en ese sentido puede pensarse el camino como la forma inaugural de la escritura.
En El ser y el Uno, clase 8, Miller habla de “escritura pura”. El término lo define como “el trabajo de la letra, de la huella”. Se trata de una precisión que apunta a diferencia la teoría de la escritura desarrollada por Lacan en el último tramo de su enseñanza y la concepción tradicional de la escritura que la concibe como dependiente de la palabra. Quizás la idea de huella como fundante del camino, puede permitir situar la perspectiva que Miller reconoce en Lacan bajo la expresión de “escritura pura”.
Hablar de “escritura pura” es según Miller, considerar que “el significante opera cortado de la significación y es en este nivel donde es posible captar la ex–sistencia del mundo”. Y Miller añade: “Se trata de la escritura de la que se sostiene el discurso de la ciencia, al menos en su parte matemática”.
6.- Letras
Seguramente es el menos “plural” de los 3 términos de esta exposición.
6.1.- Tipos de letra en Lacan
Es relativamente bien sabido y claro que en Lacan es existen dos conceptos de letra, sustancialmente diferentes. El primero corresponde a la 1ª enseñanza, desarrollada especialmente en “La instancia de la letra”. Es la letra (lettre en francés, es decir, carta) que es para leer. El segundo que se comienza a plasmar ya en el seminario 18, De un discurso que no fuera del semblante, con especial claridad en la “Clase sobre Lituraterra”, y el cual adquiere su desarrollo a partir del seminario 20, Aún.
6.1.1.- Como significante que se une a otro significante
Es la letra que es para leer, que es la de la escritura entendida de manera tradicional, donde las letras sirven para escribir y formar palabras. No me referiré a este punto, si bien anoto nuevamente que en francés lettre significa también “carta”, lo cual implica una lectura cuidadosa del llamado seminario sobre La carta (lettre) robada de Poe, en la que ya la carta tiene un valor especial.
6.1.2.- Como significante Uno, Uno-solo.
Como letra no-para-leer (Piezas sueltas, p. 82).
Además de su carácter de fundamento de lo que Miller llamó la “escritura pura”, aquella que no es para leer, es necesario considerar, con prudencia (como lo subraya Miller) que el sinthome es del orden de la letra, es una letra, no es un semblante, sino es un arreglo con el goce, derivado de una huella traumática, del goce opaco que remite al Uno-solo.
El sinthome como letra o de los arreglos de los sujetos con… (hay mucho para señalar aquí. Queda anotado para un desarrollo posterior)
6.2.- Letra y escritura en Lacan, o hacia una teoría del trauma.
Los dos tipos de escritura, la una inventada por Lacan, “escritura pura”, y la otra definida como versión gráfica de la palabra oral. (Tema para un desarrollo posterior)
7.- Lalangue
En su lectura del seminario 23, El sinthome, Miller (Piezas sueltas, p. 51) pone en serie los siguientes términos: lalengue, trauma (inicial), acontecimiento de cuerpo, sinthome, singularidad (en realidad dice “cada uno es sin igual”), obra y escabel. Sin duda están implícitos en esa serie al menos, letra y escritura. Es un tema a desarrollar, con base en los elementos señalados.
8.- Algunas conclusiones
De la necesidad de la teoría de la escritura de Lacan, para poder entender el último Lacan
Ruptura con todo idealismo relativo a lo real, o de lo singular como aquello que también define lo abyecto y lo ruin del sujeto, … ¿producto del resentimiento de las letras que produce la separación?
Si como lo destacó en su momento Eric Laurent (en NY poco después de 11 de septiembre del 2001), vivimos en una época en la cual se han llegado a explicar muchos fenómenos en términos de trauma, resulta oportuno aclarar si el psicoanálisis adhiere o no a esa posición.
Hoy no solo son las acciones violentas e inesperadas las que merecen ese apelativo, sino que la vida en su conjunto es definida como un trauma. Todo se halla tan planificado y previsto, que casi cualquier irregularidad con relación a lo previsto se vive como un trauma. Lo contingente ha dejado de tener un lugar en la vida imaginada. Todo desequilibrio en la homeostasis imaginaria, se vive como un trauma. Habría que precisar si con ello lo que se está legitimando es la queja como forma del vivir.
Así, por ejemplo, la difusión planetaria de la Covid 19 está haciéndose traumática. ¿Es un trauma? ¿Todo encuentro con un real es traumático?
Bibliografía
- Marie-Hélène Brousse (2017). “¿Qué es lo traumático?”. Ver https://www.youtube.com/watch?v=FwwH8eZYTx4
- Sigmund Freud (1892). “Extractos de las notas de Freud a su traducción de Charcot, Leçons du mardi”. En O. C., Volumen I. Amorrortu, Buenos Aires, 1982. pp. 171-177.
- Jacques Lacan (1964). Seminario 11, Los cuatro conceptos fundamentales (capítulo V, “Tyche y automaton”). Paidós, Buenos Aires, 1987. pp. 61-72.
- Jacques-Alain Miller (2005). “El traumatismo de lalengua”, y “La teoría del escabel”. En Piezas sueltas (curso 2004-2005). Paidós, Buenos Aires, 2013. pp. 41-52 y 77-95.
- Jacques-Alain Miller (2011). El ser y el Uno, clase 8 (inédito).
- Eric Laurent (2002). “El revés del trauma”. En Virtualia # 6. Conferencia en N. Y. Ver http://www.revistavirtualia.com/articulos/696/destacados/el-reves-del-trauma
- Estela Paskvan (2013). “El lugar de la letra”. En Freudiana 70. Se encuentra en https://www.freudiana.com/el-lugar-de-la-letra/
- Philippe Sollers (1967). “Un paso sobre la luna”. En De la gramatología, de Jacques Derrida. Siglo XXI, Argentina, 1970, pp. VII – XIX.
J uan Fernando Pérez
Miembro de la Nel- cf Medellín
Dos anotaciones iniciales:
1.- Del título
El título de estas notas, que se inscribe dentro del tema de las Jornadas de la Sede de septiembre y las cuales llevan por título “Las marcas de lo traumático”, sería más preciso si lo pluralizara. Por tanto, hablaré más bien de marcas, huellas y letras, y tendré en cuenta que el propósito es la teoría psicoanalítica del trauma.
2.- ¿Convendría un 4º término al título de esta exposición?
Parece sensato reconocer que podría haberse propuesto un 4º término en el título, ya que, a mi juicio, éste queda incompleto si no se considera el término de lalangue. ¿Por qué? Cito a Miller: “¿Qué significa que haya traumatismo?”, se pregunta Miller en Piezas sueltas. Responde: “Significa que la disarmonía es originaria, que el sonido de lalengua jamás es armónico, que no sintoniza con nadie. Significa que la disarmonía no puede ser remediada, que no puede ser reparada, que no puede ser curada. Lalengua hace del ser que la habita y que la hablará, un enfermo, un discapacitado. Lo único que se puede hacer con lalengua es convertirla en una obra. Ese sería entonces el ejemplo de Joyce: del traumatismo de lalengua y de las consecuencias padecidas, hacer una obra” (p. 47).
No lo explico ya que me parece muy elocuente.
Me detengo aquí en los 3 términos propuestos, lo cual, a mi juicio requiere presentar un breve bosquejo de la teoría del trauma en Freud y en Lacan. Es necesario subrayar que los 3 términos del título anunciado, son invocados en este contexto como una reflexión sobre la teoría del trauma en psicoanálisis (de allí lo de lalengue). En consecuencia, lo que voy a decir, apunta en últimas, de una u otra forma, a intentar aportar elementos de trabajo para la definición de esa teoría del trauma. Desde luego, otros temas se hallan igualmente en relación lo que se señala en el título, como por ejemplo lo es la teoría de la escritura del último tramo de la enseñanza de Lacan.
3.- Elementos para una teoría psicoanalítica del trauma
3.1.- En Freud
3.1.1.- Los 4 tiempos de construcción de la teoría del trauma por Freud:
A.- El momento organicista como neuropsiquiatra
B.- La teoría del trauma de seducción
C.- De la seducción al fantasma, o del Edipo
D.- El más allá de: del principio del placer, o la pulsión de muerte. Teoría de la repetición.
Complementación: Considerar la teoría del trauma en Freud a partir de los 4 tiempos señalados exige tener en cuenta que la misma se halla desarrollada siempre en Freud, como esfuerzo para darle un fundamento a una teoría psicoanalítica del síntoma. Es este un hallazgo preciso y notable de la lectura que hace Lacan de Freud: haber destacado que el propósito último de la teoría del trauma es darle fundamento a una teoría psicoanalítica del síntoma.
3.1.2.- De la concepción del trauma en Freud
Conviene partir de los términos que Freud establece en el tiempo A., ya que de allí extrae siempre el modelo para su construcción, redefiniendo incesantemente los términos, aunque no el modelo que define inicialmente. Veamos:
En las notas que Freud le hace a su traducción del francés al alemán de un trabajo de Charcot, define el trauma “como un aumento de excitación dentro del sistema nervioso, que este último no es capaz de tramitar suficientemente mediante una reacción motriz.”
De esa definición Freud subraya dos ideas: Primero, el “aumento de excitación”. Y segundo, que el sistema nervioso, en ciertos casos, “no es capaz de tramitar suficientemente mediante una reacción motriz”.
Finalmente es posible reconocer en lo anterior que puede entenderse el trauma como el efecto de la incapacidad de lo simbólico, de las defensas que dispone el sujeto para soportar un encuentro con lo real. Si bien esta idea está recubierta por la concepción organicista del Freud de finales del siglo XIX, Freud va ir introduciendo progresivamente campos más propiamente definidos en términos de la subjetividad, campos que son específicos, los que definen la producción del trauma.
El primer gran campo es el de las consecuencias de la seducción precoz, lo cual, al ser sometido a una investigación a través de diferentes casos, le obligará a introducir su teoría del Edipo (esto es, que es suficiente con haber deseado intensamente un encuentro y que se produzca la represión de ese deseo, para que se produzca en el sujeto el efecto traumático de la supuesta seducción). A partir de allí Freud dará un paso adicional al construir su teoría del fantasma. La insuficiencia que en la práctica demuestran estos planteamientos y las inconsistencias teóricas de lo anterior (en especial el reconocimiento de que no todo está regido como búsqueda del placer) le conducen a Freud a dar un paso más para llegar a formular su teoría de la pulsión de muerte, como constituyente de la estructura pulsional. Ésta, de una parte, impone la necesidad de construir defensas, ya no dirigidas hacia el mundo externo sino hacia el mundo interno (hacia las tendencias autodestructivas), y, de otra parte, es la constatación del fracaso de las mismas, en particular en el reconocimiento de la vigencia de los traumas, aquellas que vendrían a mostrar cuáles serían polos de movilización de fuerzas pulsionales para su repetición.
3.1.3.- Lacan ante la teoría del trauma de Freud y la teoría psicoanalítica del síntoma
Conviene recordar que Lacan elogia esta definición (trabajo de memoria este punto pues no recuerdo en dónde hace estas precisiones), si bien sitúa el trauma más allá del sistema nervioso, pero siempre destacando cómo la teoría del trauma es el fundamento de la teoría del síntoma, lo cual va a tenerlo en cuenta hasta su definición del sinthome (1975-1976). Del revés de Freud, como perspectiva de la lectura de Freud por Lacan.
Un elemento que Lacan retoma de Freud para enriquecer la teoría del trauma
De lo que se trata con el trauma para Freud es de una incapacidad del sujeto para tramitar, a través de los medios subjetivos que existan para ello (defensas y otros modos de funcionamiento del aparato psíquico), un estímulo que adquiere el carácter de traumático, en razón de su magnitud; pero también por otra razón adicional, que Freud irá a precisar años más tarde y que Lacan recoge y destaca. Se trata de que el estímulo que desencadena el trauma, para ser tal, debe asociarse a otro que permanecía “inactivo” y que ahora adquiérela capacidad de contribuir a la formación del trauma a posteriori, retroactivamente (nachträglich).
3.1.4.- El giro de 1919 de Freud: la pulsión de muerte y la repetición, o del trauma
Permanezcamos un tanto más en Freud. Es sabido que, a partir de 1919 en función del concepto de pulsión de muerte, un concepto va a adquirir una importancia mayor: la repetición, concepto que Lacan va a elevar a la condición de concepto fundamental (Seminario 11). La repetición ya había sido señalada por Freud desde la consideración de los sueños de angustia, en donde ya considera el fracaso de las defensas. En la definición citada ya aparece esa falla de las defensas bajo la referencia a la “reacción motriz”. Luego hablará de la significación del “reencuentro”, que será una referencia a la simbolización, … (punto para desarrollar mejor).
3.2.- En Lacan
(Lo que sigue son solo notas preparatorias para un trabajo más específico)
Eric Laurent en su conferencia “El revés del trauma”, señala lo siguiente: “En el borde del sistema del lenguaje un cierto número de fenómenos clínicos dan cuenta de la categoría de lo real. Estos fenómenos están a la vez en el borde y en el corazón de este sistema del lenguaje. El trauma da cuenta de una topología que no es simplemente de interior y exterior. El trauma, la alucinación, la experiencia de goce perverso son fenómenos que, se puede decir, tocan lo real.”
Interesa inicialmente considerar qué significan para el sujeto los fenómenos que se dan “en el borde del lenguaje” en tanto articula ese borde con lo real, sin dejar de considerar que esos fenómenos a la vez están en el corazón del sistema del lenguaje.
Si se acepta una definición propuesta desde Lacan por diversos analistas, según la cual el trauma es un agujero que afecta lo simbólico, esto plantea al menos los siguientes puntos que es necesario considerar:
3.2.1.- Que se trata de un fenómeno que remite a concebir el trauma como no perteneciente exclusivamente a uno u otro registro, sino que se halla en un lugar donde esos dos registros se articulan, articulación que exige ser entendida en sus características fenomenológicas, ya que es sabido que el trauma no puede ser enteramente reabsorbido por simbólico, sino que quedan huellas que escapan a su absorción. ¿Qué se halle “en el borde del sistema del lenguaje”, cómo se podría entender a partir de lo que propone Laurent? Consideralo así impone tener en cuenta una topología del fenómeno específica (moebiana), y a su vez, permite reconocerlo como un fenómeno capital de la experiencia analítica (el trauma) que da cuenta de la categoría de lo real.
3.2.2.- Tal concepción permite disponer de un modelo de lo que significa la articulación de lo real con lo simbólico.
3.2.3.- Una tal concepción del trauma contiene una teoría del síntoma, la cual es de inspiración freudiana y desarrollada por Lacan, según la cual “El sujeto no puede responder a lo real si no es haciendo un síntoma. El síntoma es la respuesta del sujeto a lo traumático de lo real”.
Con el bosquejo anterior de la teoría del trauma en psicoanálisis parece ahora necesario situar no cómo se produce, sino qué deja en el sujeto el fenómeno y qué se nombra bajo los tres términos propuestos para esta exposición: marcas, huellas y letras.
4.- Marcas
Un punto de partida para el examen del tema que nos convoca es considerar, como una referencia relativa especialmente al término “marcas”, un cuento tradicional alemán recogido por los hermanos Grimm a principios del siglo XIX, el cual seguramente todos ustedes conocen; me refiero a Hansel y Gretel.
4.1.- Hansel y Gretel
Wikipedia resume el cuento de la siguiente manera, lo cual, para los fines de esta exposición, está bastante bien. Dice así:
Hansel y Gretel eran los hijos de un pobre leñador. Eran una familia tan pobre que una noche la madrastra convence al padre de abandonar a los niños en el bosque, dado que ya no tenían con qué alimentarlos. Hansel oyó esto, por lo que salió de su casa a buscar piedras, con las cuales marcó un camino al día siguiente cuando se dirigían al bosque.
Hansel y Gretel se durmieron, y apenas salió la Luna comenzaron a caminar siguiendo el camino que Hansel había marcado con las piedras anteriormente. Por la mañana llegaron a su casa. Su madrastra, sorprendida por el hecho decide que la próxima vez llevarán a los niños aún más adentro en el bosque, para que no puedan salir de allí y regresar. Hansel, que otra vez escuchó las discusiones de sus padres, decide salir a juntar piedras nuevamente, pero esta vez no pudo, ya que la puerta estaba cerrada con llave.
En la mañana que fueron al bosque, Hansel marcó un camino tirando migas del pedazo de pan que su madrastra le había dado, solo que esta vez cuando salió la Luna no pudieron volver porque los pájaros se habían comido el pan.
Después de dos días perdidos en el bosque, cuando ya no sabían más qué hacer, los niños se detienen a escuchar el canto de un pájaro blanco al cual luego siguen hasta llegar a una casita hecha de pan de jengibre, chocolate, caramelos, pastel y azúcar moreno. Hansel y Gretel empezaron a comer, pero lo que no sabían era que esta casita era la trampa de una vieja y malvada bruja para encerrarlos y luego comérselos.
Esta vieja y malvada bruja decide encerrar a Hansel y tomar a Gretel como criada. Todas las mañanas la bruja hacía que Hansel sacara el dedo por entre los barrotes del establo para comprobar que había engordado, pero éste la engañaba sacando un hueso que había recogido del suelo.
Un día, la bruja decide comerse a Hansel y manda a Gretel a comprobar que el horno estuviese listo para cocinar. La niña se da cuenta de la trampa y logra que la bruja se meta en el horno. Al instante, Gretel empuja a la bruja y cierra el horno.
Tras la muerte de la bruja, los niños toman de la casa perlas y piedras preciosas y parten a reencontrarse con su padre, cuya mujer había muerto.
Su vida de miseria por fin había terminado, desde ese día la familia no sufrió más hambre y todos vivieron juntos y felices para siempre.
4.2.- Anotaciones desde el cuento Hansel y Gretel
El cuento permite múltiples análisis, pero la razón de su mención en este contexto es por cuanto allí se puede reconocer hechos como los siguientes:
4.2.1.- Algo importante que interesa a los fines que se buscan precisar aquí es esa característica de las marcas y es que éstas pueden ser duraderas o por el contrario ser efímeras. Esto plantea la idea de que no toda marca podría considerarse con un valor traumático, pues en efecto hay muchas experiencias que son de escaso valor, las cuales se podrían llamar, “migajas de pan”.
4.2.2.- Lo anterior conduce a preguntarse por aquellas marcas que interesa considerar en este contexto. Serían las duraderas. No obstante, antes de hacer la equivalencia marcas duraderas equivale a trauma, vale la pena notar en el cuento que hay marcas que son positivas y que inclusive nos sirven de orientación para evitar peligros, daños o extravíos. Son las piedras que Hansel y Gretel riegan en la primera ocasión que se extravían, pero que les permiten reencontrar el camino a la casa. Así como en el cuento, hay experiencias que son positivas en la vida de un sujeto, que son aquellas que, siendo duraderas, orientan. Allí cobra importancia el examen de cómo el fantasma se halla construido a partir de marcas de goce.
De otra parte, en este contexto se impone plantearse el tema de la alienación y la separación (presente muy visiblemente en Hansel y Gretel) y del cual solo hago mención, pero indicando que resulta indispensable para situar la aparición de una marca (que llamo duradera) en el sujeto.
La palabra marca tiene varios significados, derivados, de una u otra manera, de su sentido más general, que se refiere a una señal que se coloca en algo (en un lugar, en un animal, en una parte del cuerpo humano, etc.) para poder recordar o establecer que lo marcado se diferencia de otros hechos similares (por ejemplo, de otros animales de la misma clase que no llevan la marca). Es pues una señal que permite identificar lo marcado y tiene por tanto el valor de evocar. Es sabido que existen todo tipo de marcas, con funciones muy diversas, pero aquello que interesa en el contexto que hablamos es el carácter de señal, de poseer un valor de indicador de algo.
Y aquí conviene enlazar lo indicado con una formulación de Miller: Lacan “creó otro modo de lo escrito, a saber, lo escrito como marca, como rasgo, como rasgo aislado, incluso creo que neologismo rasgo unario, por oposición a binario” (Piezas sueltas, p. 80). Se trata entonces del tema del rasgo unario, rasgo no único sino unario… que exige una consideración específica.
Todo converge hacia la idea de que las marcas son hechos que permiten una evocación, no necesariamente dolorosa, que permiten reconocer, identificar y orientarse para definir el sentido de una experiencia.
5.- Huellas
Ahora bien, con relación al segundo término, es decir el de huellas, propongo inicialmente otra referencia, la cual ubicaré en mis palabras. Se trata de la huella que deja el primer astronauta sobre la luna.
Un escritor que probablemente ustedes conocen, en especial por las referencias frecuentes que Miller hace de él, Philippe Sollers, hace el prólogo a un libro que acaso sería posible considerar en este contexto, la Gramatología de Jacques Derrida, prólogo que con buen tino llamó “Un paso sobre la luna”. Quizás conocen ese texto, que tiene como objetivo, introducir al lector del libro de Derrida, en la temática que allí va a ser tratada, esto es la escritura.
Lo que me interesa destacar es que ese paso que, como sabemos, se le recuerda como una huella del astronauta en la luna, puede ser considerado como una escritura, como algo que indica algo inaugural de lo que se puede reconocer al menos esa huella, testimonio de una empresa. Finalmente, las huellas, al repetirse en un mismo lugar, son rastros y forman caminos, y en ese sentido puede pensarse el camino como la forma inaugural de la escritura.
En El ser y el Uno, clase 8, Miller habla de “escritura pura”. El término lo define como “el trabajo de la letra, de la huella”. Se trata de una precisión que apunta a diferencia la teoría de la escritura desarrollada por Lacan en el último tramo de su enseñanza y la concepción tradicional de la escritura que la concibe como dependiente de la palabra. Quizás la idea de huella como fundante del camino, puede permitir situar la perspectiva que Miller reconoce en Lacan bajo la expresión de “escritura pura”.
Hablar de “escritura pura” es según Miller, considerar que “el significante opera cortado de la significación y es en este nivel donde es posible captar la ex–sistencia del mundo”. Y Miller añade: “Se trata de la escritura de la que se sostiene el discurso de la ciencia, al menos en su parte matemática”.
6.- Letras
Seguramente es el menos “plural” de los 3 términos de esta exposición.
6.1.- Tipos de letra en Lacan
Es relativamente bien sabido y claro que en Lacan es existen dos conceptos de letra, sustancialmente diferentes. El primero corresponde a la 1ª enseñanza, desarrollada especialmente en “La instancia de la letra”. Es la letra (lettre en francés, es decir, carta) que es para leer. El segundo que se comienza a plasmar ya en el seminario 18, De un discurso que no fuera del semblante, con especial claridad en la “Clase sobre Lituraterra”, y el cual adquiere su desarrollo a partir del seminario 20, Aún.
6.1.1.- Como significante que se une a otro significante
Es la letra que es para leer, que es la de la escritura entendida de manera tradicional, donde las letras sirven para escribir y formar palabras. No me referiré a este punto, si bien anoto nuevamente que en francés lettre significa también “carta”, lo cual implica una lectura cuidadosa del llamado seminario sobre La carta (lettre) robada de Poe, en la que ya la carta tiene un valor especial.
6.1.2.- Como significante Uno, Uno-solo.
Como letra no-para-leer (Piezas sueltas, p. 82).
Además de su carácter de fundamento de lo que Miller llamó la “escritura pura”, aquella que no es para leer, es necesario considerar, con prudencia (como lo subraya Miller) que el sinthome es del orden de la letra, es una letra, no es un semblante, sino es un arreglo con el goce, derivado de una huella traumática, del goce opaco que remite al Uno-solo.
El sinthome como letra o de los arreglos de los sujetos con… (hay mucho para señalar aquí. Queda anotado para un desarrollo posterior)
6.2.- Letra y escritura en Lacan, o hacia una teoría del trauma.
Los dos tipos de escritura, la una inventada por Lacan, “escritura pura”, y la otra definida como versión gráfica de la palabra oral. (Tema para un desarrollo posterior)
7.- Lalangue
En su lectura del seminario 23, El sinthome, Miller (Piezas sueltas, p. 51) pone en serie los siguientes términos: lalengue, trauma (inicial), acontecimiento de cuerpo, sinthome, singularidad (en realidad dice “cada uno es sin igual”), obra y escabel. Sin duda están implícitos en esa serie al menos, letra y escritura. Es un tema a desarrollar, con base en los elementos señalados.
8.- Algunas conclusiones
De la necesidad de la teoría de la escritura de Lacan, para poder entender el último Lacan
Ruptura con todo idealismo relativo a lo real, o de lo singular como aquello que también define lo abyecto y lo ruin del sujeto, … ¿producto del resentimiento de las letras que produce la separación?
Si como lo destacó en su momento Eric Laurent (en NY poco después de 11 de septiembre del 2001), vivimos en una época en la cual se han llegado a explicar muchos fenómenos en términos de trauma, resulta oportuno aclarar si el psicoanálisis adhiere o no a esa posición.
Hoy no solo son las acciones violentas e inesperadas las que merecen ese apelativo, sino que la vida en su conjunto es definida como un trauma. Todo se halla tan planificado y previsto, que casi cualquier irregularidad con relación a lo previsto se vive como un trauma. Lo contingente ha dejado de tener un lugar en la vida imaginada. Todo desequilibrio en la homeostasis imaginaria, se vive como un trauma. Habría que precisar si con ello lo que se está legitimando es la queja como forma del vivir.
Así, por ejemplo, la difusión planetaria de la Covid 19 está haciéndose traumática. ¿Es un trauma? ¿Todo encuentro con un real es traumático?
Bibliografía
- Marie-Hélène Brousse (2017). “¿Qué es lo traumático?”. Ver https://www.youtube.com/watch?v=FwwH8eZYTx4
- Sigmund Freud (1892). “Extractos de las notas de Freud a su traducción de Charcot, Leçons du mardi”. En O. C., Volumen I. Amorrortu, Buenos Aires, 1982. pp. 171-177.
- Jacques Lacan (1964). Seminario 11, Los cuatro conceptos fundamentales (capítulo V, “Tyche y automaton”). Paidós, Buenos Aires, 1987. pp. 61-72.
- Jacques-Alain Miller (2005). “El traumatismo de lalengua”, y “La teoría del escabel”. En Piezas sueltas (curso 2004-2005). Paidós, Buenos Aires, 2013. pp. 41-52 y 77-95.
- Jacques-Alain Miller (2011). El ser y el Uno, clase 8 (inédito).
- Eric Laurent (2002). “El revés del trauma”. En Virtualia # 6. Conferencia en N. Y. Ver http://www.revistavirtualia.com/articulos/696/destacados/el-reves-del-trauma
- Estela Paskvan (2013). “El lugar de la letra”. En Freudiana 70. Se encuentra en https://www.freudiana.com/el-lugar-de-la-letra/
- Philippe Sollers (1967). “Un paso sobre la luna”. En De la gramatología, de Jacques Derrida. Siglo XXI, Argentina, 1970, pp. VII – XIX.